Nuevo Mercedes Benz Generation EQ

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La aparición del Mercedes GLC F-Cell Plug-In no es nada nuevo para nosotros puesto que el fabricante alemán ya nos mostró un prototipo oficial cubierto de vinilos durante este mismo verano. Sin embargo, es una gran noticia ver circular algunas mulas de este modelo fuera de las instalaciones de Mercedes lo que nos hace a la idea de que el proyecto del nuevo sistema cero emisiones sigue en adelante y con buen pie.

Una versión primeriza de nuestro futuro Mercedes GLC propulsado por energía eléctrica se esconde bajo el aspecto de un Mercedes GL 500. Sin embargo, hay numerosos detalles que saltan a la vista como la gran cantidad de tubos y sistemas de medición que han sido instalados dentro del habitáculo. Una forma de tratar directamente con el nuevo sistema Fuel Cell híbrido para su puesta a punto y desarrollo.

Como bien sabemos gracias al primer prototipo presentado oficialmente, Mercedes trabaja en un sistema híbrido muy complejo que asegura una conducción de cero emisiones durante todo el tiempo, dependiente de un combustible pero que en este caso tampoco emite gases nocivos y partículas, sólo vapor de agua. Usualmente un híbrido combina un motor de combustión interna tradicional, gasolina o diésel, con uno o varios motores eléctricos y un paquete de baterías de forma que permita una conducción de cero emisiones parcial.

En el caso del híbrido F-Cell, el motor de combustión ha sido sustituido por un sistema de pila de combustible de hidrógeno. El hidrógeno actúa como fuente de energía para las baterías y estas a su vez alimentan al motor eléctrico. Al tratarse de un híbrido, el vehículo tendrá la capacidad de circular unos kilómetros sin consumir el hidrógeno, un 48 km de autonomía máxima anunciaba el prototipo oficial, en caso contrario el uso del hidrógeno hace que el vehículo sólo expulse vapor de agua al medio ambiente. Esto significa que haga lo que haga este GLC nunca será dañino para el medio ambiente mientras circula.

El tanque de combustible de hidrógeno se rellena tanto en su ejecución como en el tiempo empleado que precisa de casi la misma forma que un depósito para gasolina o diésel. Además, posee una segunda tapa en el paragolpes trasero para recargar las baterías desde la red eléctrica, como cualquier otro híbrido enchufable. La autonomía máxima de este vehículo, iniciando la marcha con el tanque de hidrógeno lleno y las baterías cargadas, estará en torno a los 500 ó 600 km. Todas estas características lo hacen ser tan útil como cualquier otro híbrido enchufable del mercado salvo por su respeto absoluto al medio ambiente.

El diseño del GLC no sufrirá modificaciones sustanciales respecto al resto de la gama SUV habitual, aunque encontraremos algunas diferencias como una parrilla que no requiere de tantas tomas de aire, las mencionadas dos tapas, algún detalle distintivo del modelo y un maletero al que que posiblemente se le reste algo de capacidad para la instalación del tanque de hidrógeno.

La presentación del Mercedes GLC F-Cell se producirá a lo largo de 2017 aunque quizá no salga a la venta hasta 2018 por lo que aún hace falta esperar un poco a más al perfeccionamiento e integración de este sistema F-Cell Plug-In dentro del SUV de tamaño medio. El sistema es muy complejo por lo que requiere de mayor tiempo de desarrollo. Por otra parte, el fabricante anuncia que el modelo poseerá un precio realmente competitivo para convertirse en una alternativa real y práctica a los modelos de combustión tradicionales.

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