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La nueva Clase A, se ha llevado los aplausos y las miradas de todos quienes la han visto pasar. Tal como prefiere el público más joven, Mercedes Benz ha incorporado frescura, estilo y una potente personalidad en esta gama de modelos.
Sin embargo, la llegada del A 200 solo significó la punta del iceberg, y pensando en una propuesta aún más completa, es como llega ahora el A 250 Sport, un auto que reúne las características de un coche para uso diario, pero con todo el arrojo de un deportivo turbo cargado.
A borde de él, hicimos un entretenido viaje por carretera con destino a la zona de Cantabria. Así pudimos contrastar la naturaleza más pasional del auto, con sus propiedades en la ciudad. Los resultados manifestaron la excelencia de su propuesta.
Sin detenernos a pensarlo, emprendimos camino, para poder soltarle la correa al coche y conocer sus prestaciones. Su corazón es una unidad de dos litros, turbo e inyección directa, con 211 caballos de fuerza y 350 Nm de torque, acoplados a una transmisión automática 7G-DCT, de siete velocidades.
Esta orquesta mecánica, dirigida por la veloz caja de cambios, hace que el motor siempre se mantenga justo donde el torque es más saludable, lo que se traduce en una sensación bestial de aceleración durante los primeros segundos, sintiéndose como una verdadera catapulta en rectas largas y en adelantamientos.
Cuando el auto comienza a ganar velocidad, el confort de marcha es tan grande, que aun siendo un vehículo con un desempeño considerable, no se sacrifica estabilidad alguna, permitiendo llevarlo por las curvas con mucho aplomo y logrando salir de estas con notable agilidad, manteniendo un alto promedio de velocidad.
En su desarrollo el A 250 ha contado con la participación completa del brazo deportivo de la firma alemana: AMG, dejándose ver en todos los aspectos dinámicos del auto. Las frenadas son muy limpias y parejas, sin mostrar ningún atisbo de balanceo ni fatiga en su accionar, gracias a sus cuatro discos ventilados y perforados.
Así mismo, gracias a la suspensión independiente en las cuatro ruedas, el A250 logra situarse en medio de la suavidad que se busca tener en las calles de la ciudad y la firmeza que se requiere para la conducción en curvas y pistas de carreteras: Dos características que cuesta desarrollar de manera efectiva en un chasis, pero que Mercedes Benz, una vez más, ha logrado combinar a la perfección.
Al igual que otros modelos de la casa, la caja de cambios automática, tiene tres programas de conducción, los que hacen que, la transmisión se adapte a un estilo determinado, lo que habla muy bien de la elasticidad del motor, así como de la polivalencia que el auto entrega.
En plena carretera, tanto el modo Sport, como el modo Manual son los preferidos para disfrutar al máximo el rendimiento del A 250, aguantando los cambios hasta lo más alto del tacómetro y pasando de marcha a marcha con asombrosa velocidad.
Pero si se viaja con la familia, y el ahorro de combustible pasa a ser la prioridad, el modo ECO se hace perfecto por su suavidad y economía, logrando un consumo de 20 a 25 kilómetros por litro a 110 kilómetros por hora en carretera.
La parte más entretenida del trayecto, la hicimos en un sector en que la carretera se ha puesto muy sinuosa, lo que nos permitió jugar un poco con la dirección del A250, la que se ajusta a la velocidad y permite la dureza adecuada para maniobrar con absoluta confianza.
Es sin duda una experiencia reconfortante conducir este auto por las carreteras españolas. Si desea conocerlo más de cerca o estás interesado en su ficha técnica, no tienes más que pinchar aquí.
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