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Bajo el capó, el sonido es ronco. Algo ansioso. Nuestro CLA circula por una autopista en medio de un tráfico algo denso y algo molesto. No es aún una hora de alta congestión, pero sin embargo, el número de coches en las calles hacen que el tráfico sea complicado.
Nuestro CLA responde a las exigencias con pequeños rugidos cada vez que pisamos el acelerador, en la media que los demás coches lo permiten. En un momento de suerte, dos autos se hacen a un lado y la pista se abre clara y entonces es hora de liberar a la bestia.
Mientras la aguja del tacómetro sube en revoluciones, el Mercedes Benz CLA se lanza en picada, deleitando con toda su agresividad. Es el más reciente sedán deportivo, compacto de Mercedes Benz y se muestra como el resultado perfecto de la simbiosis que ha logrado el prestigioso constructor alemán, entre la elegancia y la deportividad emanada de su nueva división AMG, de la cual el nuevo coupé de cuatro puertas saca algunas claves de diseño.
Hecho para los fanáticos de la velocidad, el CLA ofrece lo que muy pocos: Un control absoluto y sensaciones de manejo propios de un supe deportivo, con la amabilidad de un sedán de representación. Todo dentro de una carrocería que, sin estridencias, no deja a nadie indiferente.
El acelerador ya está al límite legal, pero la entrega del motor turbo cargado, de ciclo Diésel del CLA nos invita a pensar que puede superar la norma con un leve toque del pedal. Esta creado para la performance. Con un desplazamiento de 2.143 cc, puede desplegar hasta 170 caballos de fuerza. Su torque disponible llega hasta los 350 Nm, muy abundante para sus dimensiones y peso, tanto que traspasa toda su personalidad y lo convierte en el amo de las salidas veloces y las recuperaciones.
Las expresiones de su motor serian sólo cifras de no ser por su sorprendente transmisión. Hablamos de una caja denominada 7G-DCT, de siete relaciones y doble embrague, que hace las veces de guardián del CLA, ya que puede controlar su brío cuando debe portarse como un caballero, y liberar su fuerza interna al máximo cuando se trata de mostrar las garras.
Mediante su integración con los tres modos de manojo que ofrece el CLA, este se convierte en una fiera muy bien amaestrada que no olvida su pasado salvaje.
Un botón en la consola central, esconde la llave para liberar el lado más agresivo. Esta cambia de modo el funcionamiento de la transmisión, con resultados sobrecogedores. En dos de los modos Eco y Sport, el paso de las velocidades queda en manos de la transmisión, mientras que en el modo manual, es responsabilidad del conductor, que para ello debe utilizar los Paddles deportivos al volante.
En el modo ECO, el paso de marchas privilegia la eficiencia y el confort en el andar. En este estado el CLA es un tipo respetuoso y de trato suave. El motor es capaz de apagarse cuando está detenido por unos instantes, así sólo consume diésel cuando es necesario, como un lobo agazapado esperando el momento para atacar. A pesar de ser un petrolero, es silencioso tanto en la partida como al andar en régimen bajo.
Un toque en el botón para cambiar el modo a Sport y el CLA parece sonreír maliciosamente. Es el momento de la velocidad. El doble embrague ya adelanta cada paso de marcha, que ha sido estirado hasta llegar a las 4.000 revoluciones por minuto, para exprimir cada engrane en busca de mayor empuje.
El suave tacto del acelerador se convierte en el aliado más cercano y la velocidad de su respuesta se convierte en una sensación dominante. Es solo una sensación, ya que la muy precisa dirección guía al nuevo CLA de manera muy exacta.
Es una muy buena impresión la que deja el CLA de Mercedes Benz, en esta prueba de conducción. Si desea ver imágenes del coche, fichas técnicas y de rendimiento, por favor pinche aquí.
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